La terapia UBI - Irradiación Sanguínea con luz ultravioleta. Este es un tratamiento médico que utiliza la luz ultravioleta para tratar la sangre del paciente con fines terapéuticos.
Aunque no es una terapia convencional, en la mayoría de los contextos clínicos ha sido explorada para una variedad de usos médicos desde su desarrollo en la primera mitad del siglo XX.
Su Historia
La terapia UBI, también conocida como terapia de irradiación sanguínea ultravioleta, se utilizó por primera vez en la década de 1920 y 1930. Uno de los ejemplos más notables de su empleo a principios del siglo XX fue el tratamiento de infecciones bacterianas graves, como la septicemia y la tuberculosis.
En 1928, el Dr. Emmett Knott desarrolló un dispositivo para irradiar la sangre con luz ultravioleta fuera del cuerpo antes de reintroducirla en el paciente. Este método fue utilizado con éxito para tratar casos de sepsis, una infección grave y potencialmente mortal. Durante esa época, los antibióticos no estaban disponibles, por lo que la terapia UBI se consideraba una opción avanzada para combatir infecciones sistémicas.
En particular, la terapia UBI fue efectiva en reducir la carga bacteriana en la sangre y mejorar la respuesta inmune del paciente. Se usó en diversos hospitales y clínicas, y se reportaron numerosos casos de éxito en la literatura médica de la época. Sin embargo, con la aparición de los antibióticos en la década de 1940, el uso de la terapia UBI disminuyó significativamente, aunque sigue siendo utilizada en algunas prácticas de medicina alternativa en la actualidad.
En la Actualidad
La IV UBI es un procedimiento en el cual una pequeña cantidad de sangre es extraída del paciente, tratada con luz ultravioleta, y luego re-infundida al paciente. Este tratamiento se basa en la propiedad de la luz ultravioleta para inactivar microorganismos patógenos y modificar biomoléculas, lo que podría tener efectos beneficiosos sobre el sistema inmune y otros procesos corporales.
Se utiliza en el tratamiento de diversas enfermedades infecciosas, como la tuberculosis, neumonía, y hepatitis. También se ha explorado en el tratamiento de enfermedades autoinmunes, inflamatorias y en algunos casos de cáncer. Inactiva las bacterias y virus, por lo que la luz UV puede ayudar a reducir la carga viral o bacteriana en la sangre.
Este proceso estimula el sistema inmunitario, la UBI puede inducir un «efecto de vacuna» aumentando la capacidad del sistema inmunológico para combatir infecciones. Mejora de la circulación y oxigenación, la irradiación puede reducir la agregación de las células sanguíneas y mejorar su fluidez.
En fin, la terapia UBI ofrece una alternativa poderosa y natural a los antibióticos, especialmente en una era donde la resistencia a los antibióticos es una preocupación creciente. Al estimular el sistema inmunológico y combatir infecciones sin los efectos secundarios comunes de los medicamentos, la terapia UBI no solo trata la enfermedad de manera efectiva, sino que también apoya la salud general del cuerpo.
Elegir UBI es optar por una solución innovadora y segura que trabaja en armonía con los procesos naturales del organismo, proporcionando un enfoque integral y menos invasivo para la recuperación. Es una opción ideal para aquellos que buscan un tratamiento efectivo y holístico, evitando los riesgos asociados con el uso excesivo de antibióticos.